Diez años de historia cumple el Programa Quiero mi Barrio, experiencia piloto que partió el año 2006 y que ha significado una serie de aprendizajes, desde el Estado así como desde los municipios y de los distintos actores que influyen o se ven influidos por el proceso de recuperación de barrios, como es el caso de la universidad.
La expositora Mónica Bustos, arquitecta del departamento de Gestión Urbana y Social del Minvu, expuso los aprendizajes del programa en esta década, resaltando la capacidad que ha tenido el Estado de perfeccionar su política pública, de la mano de los municipios, así como de los vecinos organizados en el Consejo Vecinal de Desarrollo que marcaron un antes y un después en la manera en cómo se trabajaba a escala barrial.
Por otro lado, el expositor Camilo Arriagada, profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) y líder del Proyecto Fondo Valentín Letelier de la Universidad de Chile que se encuentra analizando la vivienda en el proceso de recuperación de barrios peri centrales y que está observando las experiencias de los barrios Chacabuco y San Eugenio, apuntó a destacar un cambio que está ocurriendo donde el allegado más que querer optar por ser propietario, opta por ser vecino “el derecho a la ciudad por encima del derecho a la vivienda, ya que el modelo de reducción de la necesidad de vivienda a costa de la segregación, está en retirada”.
“La gente prefiere vivir de allegada en un barrio con buena conectividad, porque está haciendo una decisión racional: para sobrevivir y proyectarse en el tiempo le resulta más lógico estar en un buen punto de la ciudad, cerca de sus redes, aunque esté en una vivienda muy pobre o en un barrio que puede tener deterioro, porque ese barrio le permite sobrevivir y reproducirse, ya que cuando hay opción de viviendas, pero sin economía y sin transporte, no conviene trasladarse. Acá no existen opciones de empleo en todas las ciudades, como tampoco comercio o servicios”, nos comenta Camilo Arriagada.
El diálogo también incluyó las experiencias regionales de los municipios de San Antonio y Peñalolén, quienes dieron a conocer su modelo de gestión barrial.
“El programa Quiero mi Barrio, es súper valorado en Peñalolén. Primero, porque nosotros teníamos una estrategia vinculada al tema de la participación y de vincular esta participación a proyectos de inversión en las comunidades. Por ende, cuando llegó el programa, llegó a complementar el trabajo que ya estaba haciendo, pero además, algo súper importante: recursos asociados que nos permitieron entusiasmar a nuestras comunidades a participar, y lograr una mayor cohesión social“, nos comenta la alcaldesa, Carolina Leitao.
Ocho barrios ha participado de este proceso en la comuna, sin embargo no sólo las obras físicas asociadas son relevantes: “el legado (del programa) deja a nuevos dirigentes, que se vinculan con el barrio y generan nuevos liderazgos y nuevas confianzas. Muchas veces, estos barrios están deteriorados no sólo físicamente, sino que desde sus liderazgos –algunos muy antiguos, que han perdido validez-, entonces la experiencia del Quiero mi Barrio, permite una nueva oleada de dirigentes con ánimo, con ganas, con pasión, con ganas de entusiasmar al resto y de liderar este proceso”, agrega la alcaldesa.
El mes del barrio, durará hasta el 28 de abril y considera varios diálogos y actividades. Para conocer más detalle sobre la programación, haga clik aquí (https://drive.google.com/file/d/0B2S4RXqQmdHTZVJ3S3FVMzBLRUU/view).